Su elemento es el eter. Espacio en el cual, tierra, agua, fuego y aire se disuelven. Tiene un sentido purificador. Es también el chakra la devoción, porque desde él podemos conectarnos con la divinidad, cantando, orando o dirigiendo el pensamiento hacia Dios. Es la puerta de la liberación.
Vishuddha se ubica detrás de la garganta y se relaciona con el plexo laríngeo y el plexo faríngeo, por lo tanto con las glándulas tiroides y paratiroides, como las carótidas.
Al estar relacionada con la tiroides se la vincula a la capacidad del organismo para utilizar la energía proveniente de los alimentos. También actúa sobre el desarrollo sexual, la fertilidad y el equilibrio psíquico.
Cuando fluye armónicamente Vishuddha genera alegría, dominio y desapego.
Se vincula al sistema linfático, a las cuerdas vocales y a los oído. Irradia también su acción hacia los hombros, los brazos y manos. El área de irradiación es el hueco de la garganta. Se asocia a la creatividad y a la comunicación en cualquiera de sus dimensiones: gestual, vocal o escrita.
La desarmonía del quinto chakra puede propiciar dolencias en la garganta, como laringitis, tortícolis o afecciones auditivas. Por otra parte, puede afectar la capacidad para comunicar sentimientos y deseos, bolqueándose incluso la tarea creativa. Prevalecen las frustración y la angustia como consecuencia de la incapacidad de expresión.