I-Ching es un vocablo de origen chino que puede traducirse como "Libro del Cambio de los Cambios" o "de las Mutaciones". Se trata del texto más célebre y antiguo entre los sapiensales y oraculares de la tradición china. Sus ideas centrales tienen una base confuciana con incorporaciones posteriores del taoismo.
El I-Ching es la única obra filosófica que sobrevivió a la quema de textos ordenada en el año 213 a.C. pr Ch'in Shih-huang-ti, el primer emperador histórico de la China, que utilizara el libro como oráculo personal. A partir de ese momento, el I-Ching, fue considerado antes libro sapiensal y de filosofía política que oráculo. El texto, dotado de una bella y sensata sabiduría, fue poco conocido en occidente hasta su primera versión en inglés, en 1882. Los entendidos afirman que la traducción más fiel al espíritu oriental original es la del alemán Richard Wilhelm.
Cuenta la tradición que el I-ching se remonta a Fu-Hsi, personaje que perteneciendo a la mitología china podría haber vivido hacia el año 3.500 a.C. A él atribuye la leyenda el descubrimiento de los ocho trigramas y algunos hexagramas. Sin embargo, los historiadores, consideran que el cuerpo central del texto más probablemente date del siglo XII y XI a.C. Luego, es posible que el resto de los signos hayan sido creados por el rey Wen (dinastía Chou) hacia el 1150 a.C. Finalmente, se atribuyen a Confucio los comentarios del texto nuclear, aunque se sabe que provienen de una época posterior, posiblemente a principios de la dinastía Han.
La doctrina del I-ching se basa en la existencia de dos energías polares cuya interactividad genera todas las cosas. Estas fuerzas se conocieron en un compiezo simplemente como lo 'claro' y lo 'oscuro' y más tarde, adoptaron como nombre definitivo 'yin' y 'yang'. La interacción de estos dos elementos, genera todos los cambios que deben interpretarse como el moviento del Tao.
La obra está organizada a partir de los ocho trigramas (Pa-kua), que se construyen a través de tres líneas contínuas y/o discontinuas.
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Los ocho trigramas son:
El cielo: lo creativo.
Lo sucitativo: el trueno.
Lo abismal: el agua.
El aquietamiento: la montaña.
Lo receptivo: la tierra.
Lo suave: el viento.
Lo adherente: la llama.
Lo sereno: el lago
La combinación de los trigramas en pares genera los 64 hexagramas que conforman el código del I-ching. Cada hexagrama se explica a través un texto central que describe las imagenes que sugieren las líneas de la figura, y luego, se agregan reflexiones e inerpretaciones que profundizan el sentido de esa imagen. Luego se agregaron interpretaciones posteriores de acuerdo al punto de vista que tendría Confucio para cada uno de los temas.
Algunas cosas parecen acontecer por etapas, los cambios se rigen por ciclos que culminan para dar lugar a los otros, tal como se ordena el movimiento universal, generando una sucesión que vuelve a repetirse después de un lapso determinado. La mutación cíclica se observa en el pasaje de las estaciones, o el proceso que transforma el amanecer en ocaso.
Se trata de movimiento causales y se aproxima a la ley del karma, esto es, el cambio generado por las consecuencias de nuestro propio accionar.
En síntesis, si la mutación cíclica describe una situación, la mutación en serie nos permite reflexionar sobre las posibilidades con las que contamos.